Ep. 57 | ¿Qué sucede cuando la vida te obliga a soltar un sueño y reconstruirte?

En la vida, a veces, un sueño se trunca y nos obliga a cambiar de idea. Este es el tema central que abordamos al escuchar la historia de Melisa Estrada Ycaza, quien experimentó este quiebre en carne propia. Desde niña, Melisa dedicó su vida al deporte, probando natación, karate, fútbol, y patinaje, pero fue el tenis lo que se consolidó como su gran proyecto a futuro

Ella no solo lo veía como una clase extra, sino como el camino para conseguir una beca universitaria y usar el deporte como medio para estudiar. Entrenando seriamente desde los 8 años, el tenis no era una obligación impuesta por sus padres, sino una pasión que la hacía vibrar y le daba felicidad.

 

El Impacto de la Pérdida

Desafortunadamente, Melisa sufrió muchas lesiones a lo largo de su infancia, hasta que a los 13 años llegó la más grave: el túnel carpiano. Tras la operación, el doctor le entregó una noticia que fue un «choque completo»: debía escoger otro deporte, ya que su cuerpo no la acompañaría más en ese proceso.

Este impacto emocional fue devastador. Perder el tenis significaba perder no solo una actividad presente, sino también un futuro trazado. En ese momento, Melisa no procesó la noticia, sino que la guardó. La situación se complicó, ya que la cirugía coincidió con el inicio de la pandemia, lo que la llevó a perder también su vida social. La no aceptación de la pérdida y la falta de herramientas emocionales a esa edad tan temprana generó un duelo tardío, un fenómeno en el que la dimensión de la pérdida solo se comienza a dimensionar años después.

 

El Desbordamiento Emocional y la Búsqueda de Ayuda

Después de un año en que superficialmente parecía «normal», el impacto de la pérdida no procesada comenzó a manifestarse. Melisa experimentó un cambio en su actitud, ansiedad e insomnio, siendo esta última una de las consecuencias que más la afectaba. La ansiedad que sentía ya no era el estrés normal por un examen, sino una sensación de amenaza subjetiva y taquicardia sin razón aparente, lo que se conoce como el inicio de ataques de ansiedad.

Afortunadamente, Melisa tuvo la valentía y la oportunidad de contarles a sus padres cómo se sentía. Buscar ayuda fue un proceso largo y no lineal. Melisa comparó la búsqueda de un profesional con la de una pareja: es raro encontrar a la persona adecuada a la primera. 

Tras intentar con varios, el cuarto intento fue donde encontró a alguien con la química y la empatía necesaria. Esta comodidad o «condición sine qua non« es fundamental para que el tratamiento psicológico funcione.

Además, Melisa reflexionó sobre la combinación de psiquiatría y psicología. Para ella, solo depender de la medicación no genera un cambio duradero si no hay una parte psicológica. La investigación científica apoya esta visión: la medicación es un preámbulo que facilita la terapia. La combinación de ambas no solo produce una mejora más rápida y sostenida, sino que también previene futuras recaídas, enseñando al individuo a enfrentar nuevas dificultades.

La Reconstrucción: Volver al Nivel Base

El proceso de sanación nunca es lineal, sino que tiene subidas y bajadas, con recaídas después de periodos de bienestar. Melisa entendió que la reconstrucción de su identidad no pasaba por pensar de inmediato en una nueva carrera, sino en cómo comenzar a sentirse bien consigo misma. Perder el tenis había significado perder gran parte de su identidad, por lo que la pregunta inicial fue: «¿Cómo me levanto con ganas de levantarme?».

El primer paso fue tomar responsabilidad sobre su salud mental y emocional. Esto implicó volver a tener rutinas, organizar la energía vital y apoyarse en pilares básicos que no deben subestimarse: comer en horario, hacer actividad física, no aislarse y conectar con otros.

Otro elemento crucial fue la lectura. Cuando una persona está en un estado emocional bajo, su diálogo interno es negativo, creando una «tríada negativa» (visión oscura de sí mismo, del futuro y de lo que le pasó). La lectura ofrece algo diferente a la mente, rompiendo este círculo y brindando nuevas formas de lidiar con las emociones a través de los personajes.

Melisa resumió su enfoque como el paso de estar en una crisis a querer regresar a un nivel estable y normal. Intentar ser «mejor de lo que era antes» inmediatamente, antes de estar estable, puede llevar a recaídas emocionales.

 

Capitalizando la Historia y Encontrando la Esencia

Tras el trabajo de reconstrucción, la meta es volver a soñar y encaminar la vida en una nueva dirección, sin que lo anterior se pierda, sino que se capitalice. Una situación traumática puede ser abordada de dos maneras: yéndose por malos hábitos, o tomándola como una herramienta de aprendizaje. Melisa optó por lo segundo: su crisis le enseñó a trabajar mejor con sus emociones y a reconocer las señales de alerta para poder recurrir a sus hábitos positivos como ejercicio, lectura, sueño.

Finalmente, la identidad, tal como se ilustra en el cuento del oráculo de Delfos, no es el nombre, la familia o la profesión. La identidad es lo que queda después de quitar todos esos adornos: la esencia. Estar contento con la persona que se ve en el espejo es fundamental, porque uno está solo consigo mismo.

Este proceso de reconstrucción permite volver a confiar en que es posible tener nuevos sueños y dirigir la vida en esa dirección.

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Lucy Roldán

Piscóloga Clínica

Hola, Soy Lucy Roldán y tengo el privilegio de ser terapeuta desde hace 40 años. Es una actividad que encuentro muy desafiante en el plano intelectual y muy gratificante en el ámbito personal.

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